14 de febrero de 2007

Un día malo sin dudas

La tristeza de una soledad no deseada, esa, la que es un poco pegajosa, de la que no se es conciente, como un murmullo que por constante creemos que desaparece, esa de cuando las rutinas nos empiezan a hablar.

Un rumor en el estomago, algo por hacer siempre, siempre tenemos algo por hacer, no sea cuestión de que nos demos cuenta. La soledad esta llena de nosotros mismos.

Estar en esta isla no es malo. Es una isla a la deriva a la que de vez en cuando llega alguien. Ese alguien siempre es un espejo que nos muestra los cambios. Su isla no es mi isla y la mía no es la suya. La conjunción de las dos nos da un ámbito que para ambos es ajeno... y echamos de menos el nuestro.

Formar pareja fue siempre algo muy arduo. En esta tercera soledad no es nada. No lo estoy buscando, no ocupa ningún lugar. Ya casi he llegado al no deseo, ese es mi objetivo. Voy a ser feliz, suceda o no.

Esto sucede frente al espejo mientras me afeito, también en la deriva de la llegada nocturna entre los caprichos que satisfaré. Sucede alrededor de la cama donde no llego nunca, entre la ropa que no cuelgo y los platos que lavo de vez en cuando. Es parte de las cartas que escribo y es el costado amargo de cuando estoy contento. Con la presencia de la ausencia cohabito.

No tiene la forma de nada

No tiene la forma de nada. Solo podría describirlo por comparación: diría que es como un, pero con la punta parecida a.

Lo cierto es que tiene mango. Que es de color plateado sin cromar. Que ya fue golpeado.

Podría decir, sin embargo no dibujadiría con esto nada que pudiera realmente asírnoslo siquiera un poco.

Obviamente no se que nombre le dieron, pero si se que ese nombre esta oculto en alguna tarde de este barrio. Digo que nació a partir de una repentina e impostergable necesidad que lo ya conocido no alcanzaba a cubrir. Digo que fue exigido desde un obstáculo singular. Que fue creado desde un estudio por lo menos táctico, de una teoría, de un a priori. Digo que vino desde la nada hasta el invento montado en un trastabillar de pasos específicos a seguir.

Una singular herramienta hecha de objetos amontotirados detrás de la morsa, rinconeados bajo facturas viejas. Objeto busco buceado en montañoncitos de alambre, cachitos de plástico, tarritos de yogurt atierrados, brillos de falsos cobres, monedas de nada.

Pero sin duda nada casual: este objeto ha sido hallado después de una larga imperiosidad, hallalhajado con innumerables pruebas de sudor, fallas de amianto, recortes de sillón, de banquito, de mate, de mirada que ya te voy a terminar, joeputa, joedor, joder, jolines.

Lo encontré en la calle donde esta mi trabajo y el trabajo de otros muchos. Dentro de alguno de esos, que yo veo de a muchos por mi cuadra, esta ese que guarda su nombre, el nombre de su forma.

Tal vez lo busca, lo este buscando.

Porque alguien que vive o trabaja cerca mío debe haber buscado el pedacito de bombilla, la debe haber cortado, limado, unido, calibrado, comparado, puteado. Se debe haber pinchado los dedos intentándolo, raspado los puños, zafado los filos, repujado los cantos necesitando imperiosamente este festonillador de caireles, afredor de silbatos, libador de extrosidades, filogfón de angustias, burloteador de llantos.

A alguien que toma café del mismo mozo de la esquina. A alguien que a lo mejor ni sabe. A ese alguien le debe estar faltando tanto como a mi me sobra este sujeto.

La tarea del amor es.

La tarea del amor es.

Agua de mayo.

Sol de septiembre.

Lluvia de abril.

Lunes y viernes

La noche de ayer

El minuto de hoy

La tradición y el viento

El reloj de arena

La tarea del amor

Sol de sentimiento

Luna de pensamiento

Apenas que alcanza

Apenas que basta

Todo lo que encuentras

La tarea del amor es.

Cadaver con Foia

Como el suicida necesita un cuchillo o cualquier filo para descubrirse la sangre, tan necesario para nosotros, yo necesito una herramienta como ésta para escribir. La misma fatalidad. Nunca podremos entenderla ahí donde lo profundo se hace chip, palabra de mierda donde debería estar la esencia que vamos a ponerle, mierda, donde duela.

Varón para quererte mucho, es así, en el amor todo vale, dos que se quieren se dicen cualquier cosa. Misterio cibernético a dos aguas entre el enchufe a la pared y un alma estrellada. La corriente es la misma, así de mortal, así se le escapa para no besar de lengua aquello de lo que no vamos a salvarnos, si cada palabra es una lamida a la electricidad que nos queda en los antebrazos después del boxeo a que el amor nos tiene acostumbrados.

Ningún trapo cerca para cubrirnos el rostro. Sólo coger a la razón, de frente al público y esperar un orgasmo de luces, en la oscuridad de esta terrible soledad que simulamos compartir. Ningún trapo cerca nos cubre el rostro. Ella va a disparar igual. El viaje es como una droga publicitada y sin retorno.

El viaje es largo y único: ¡¡Salud!!

No hay en tus manos restos de mí. No hay nada que realmente hayas podido llevarte. Lo que crees botín es apenas el reflejo que se irá con la distancia, esa que proclamas llamándola libertad, tu libertad. Si pudiera abrazarte ahora, como entonces, lo haría. Si.

¡OH, Dios! Debo partir; una vez más. Voy en busca de un amor que me espera con sus verdes redes. Sólo un fragmento, padre, uno solo, por favor, alguna plegaria y un recuerdo así:

El empujón de la vida

me lastimó las espaldas, recuerdo ahora,

mientras observo el vuelo de cualquier pájaro...

Vete hacia una verde enredadera, cualquier esquina seria terrible, pero Santa Fe esquina Uriburu, es sin duda la esquina menos peligrosa.

Entonces es que dejo aquí mi espada porque esta noche no la voy a poder ni saber usar...y lo mas probable es que termine en mi corazón buscando tibieza y final.

Para enviar en nuestro día

Hoy es veintiocho de diciembre y no pienso hacer ninguna broma pero si desear un feliz día para los que creen sin pruebas, sin pasos previos, sin elucubraciones, sin pensar en porque los otros dicen lo que dicen o desde donde lo dicen...

FELIZ DIA DE LOS INOCENTES

Los incrédulos han tomado para sí el nombre de este día y lo han usado para dar un espacio a sus burlas meditadas y compadritas. Espero que no te molesten la avalancha de bromas ingeniosas como lo rojo de la Navidad o las rosas de las secretarias.

Al menos este día me sirve para darme cuenta del lado en que estoy y con los que quiero estar.

Decime lo que quieras que yo te creo.

Momentos que recuerdo

Yo tenia cuatro apenas y me grito, me tironeo de abajo de la mesa-castillo y me empujo al miedo-terror...

! clic !

no salio bien, a pesar de los gritos previos tenemos cara de aburridos.

Ya tenia siete, sin que nadie lo viera me dio con la regla en la rodilla.

El salio sonriendo, yo casi también, aunque la mueca no fuera una sonrisa.

La cera de la vela me quemaba un poco la mano izquierda, habia una hostia en alto, cuerpo de cristo, salí con la boca abierta.

Si alguien me sacara una ahora mismo seguramente sonreiría instintivamente.

Si alguien me la sacara con las otras sobre la mesa...sonreiría

pero sigo triste.

De pronto en un asado

Una tira de asado se enciende de ira.

El hombre, que ya iba a cortarla,

se detiene.

Un poco confundido prefiere una morcilla

a primera vista resignada.

Un pollo dorandose.

Crujiente hasta el aroma,

ensartado en un spiedo,

en la vidriera de una zapateria.

Un hombre entra y declara tener hambre.

El dependiente le pregunta:

¿ Cuanto calza ?

El hombre responde que 40.

El dependiente le informa que lo siente,

pero que el pollo de la vidriera le queda grande,

que la semana que viene y otras boludeces.

Se lo tengo dicho

Una bofetada en la nuca de un chico.

El chico trastabilla y cae en un pozo

de profundidad mil quinientos metros.

La madre dice: Mejor, a ver si asi aprende.

Que se vayan al carajo, si quieren.

Estamos tan lejos

escondidos detras de la piel

tan lejos como estrellas

tan letales como negros agujeros

falsos como soles oscuros

rotos de quiebre definitivo

remendados y altivos

resecos y acostumbrados

agudos y a la defensa

derramados y adorables

una busqueda detenida

horizonte conquistado

apenas y por ahora.

Aun sigo dispuesto a perder un mundo

por la sonrisa mas descarada

mas llena de dientes en tu cara

que si no me miras

la luz se convierte en ceguera

y se me arrancan los brazos

para seguirte ellos solos

hasta el mismisimo eden

hasta lo mas mistico que se te ocurra.

Ahi van y yo aqui me quedo,

amputado de toda confusion,

mis manos fueron ocasion de pecado

y solas se alejaron tras el ruido.

Ahi van. Yo aqui me quedo.

Hablo así cuando no puedo decir mas

  • Mi verdadera voz, la que canta cuando la bañera se abre para caer bendita, estrecha, extraña. Agua bendita por los mil pasos debajo de tus pies, pasando por tus paredes y junto a las cloacas. Llegan aguas de las misteriosas tuberías que pasan por debajo de la plaza en donde se etiquetan funerales, se marcan jotas, se repiquetea de fiestas masivas que transforman con sus saltos al agua que pasa debajo, y pasa a los saltos, bailando como nosotros bailamos y es entonces cuando los que no habían venido comienzan a llegar. Algunos dicen que es porque el ruido los despierta y los atrae. Yo sostengo que se han levantado con la boca seca del verano por la noche, y después del primer sorbo del agua cantarina contoneándose en el buche no pudieron contenerse más.

La mirada total sobre los ojos de los ojos, como si los cachetes se hubieran estirado hasta convertirse en explanadas, una nueva referencia visual que existe y nos obliga a replantearnos la que nos sostenía hasta ahora y que parecía respetable. La nueva es como el horizonte de un barco y uno no sabe para donde correr porque el equilibrio de los pies se impotentiza de rabia al confirmar que no logra nada mas que patalear en el barro del aire que ahora y amorosamente nos camina y nos camina, árbol de la alianza sagrada y eterna, nos camina.

No sé cuanta habrá durado y ni siquiera sé si sucedió para la mirada de otro que hubiera estado mirando, yo mismo ni siquiera lo vi con mis propios ojos. Me pareció suceder como me parecen mentira tantas cosas y que a pesar de serlo me sacuden los bolsillos, me arrancan las almas, me dejan tan tirado como este resbalón que me he dado en la ducha de mi baño, hoy miércoles de enero y que sin duda ha sido la caída mas lenta y mas la última que he tenido.

Ducharse como una forma de bendecirse cotidiana y a la temperatura que uno quiere.

Sentarse todos los días a desarrollar esta forma que no asegura nada pero propone.

Fumar si hace falta por los respiraderos que lo hagan, despejar el humo para ver agregándole una niebla distinta que de a poco irá desapareciendo porque esta inventada para eso: suplanta lo que no quería moverse con su misma esencia pero con la promesa de ir dejando pequeños huecos para ir viendo lo que hay detrás y de a poquito, como discurso de militar cuando arranca de cuajo el cuajo y los demás estómagos del poder mientras te acaricia con mantas contra esos cucos demócratas y te dice que es por unos meses creyendo que podrías hacer algo por evitarlo. El sabe, yo sé, que sabemos todos de lo perfectamente que están las cosas cuando el ojo del fusil nos mira tan fijamente como en este casco.

De una forma nueva y desconocida como algodones de compresas que nadie ha usado todavía me veras atravesado todo el día y te preguntaras que hago cuando no lo estoy. Leeré en tus ojos el camino y me iré desatravesando. Declaraste ofenderte con las lunas que yo dije en marzo y yo que no recordaba ni lunes ni soles pero sabia que algo en ese marzo me había divertido mucho, ¡ah! Era que las verdades no se dicen así, que de pronto suelto eso y que ¿quien me creo que soy? Una paloma se parece mas a un venado que mi cara al entendimiento y te das cuenta que voy entrando y me dejas entrar hasta que hayas cerrado el corral. No me cabe el culo en ninguna parte y eso me salva, te lo dije de la forma que vos me lo decís siempre y reconocer que podemos es la amistad de saliva en la palma, apretando bien los puños, al rescate.

Pero somos todos tan rubios cuando queremos que caminamos los pastos sabiendo que cada brizna es un cartel de prohibido pisar. La inmovilidad de no saber a cual aplastar es desgarrante. ¿Qué hago? ¿Avanzo sin fijarme o destierro a pisotones y que sea lo que Dios quiera? Avanzo y ya veré las cuentas, que tal vez nunca lleguen porque no se ve a nadie controlando, a lo mejor sea todo gratis y esto del billete un juego en el que estamos porque queremos. Nadie recuerda cuando se abrió la caja de cartón ni quien desplegó el tablero pero venimos jugando desde un domingo a la tarde sin despertarnos y tal vez vaya siendo hora de proponer un poco la iluminación o algún otro estado mas evolucionado de la conciencia. Prescindir de las rentas que hayamos podido conseguir invirtiendo en lo más arriesgado que hayamos podido hacer. Congelado me despeino a cada trozo y siento el furor huracanado de los comienzos. Las venas no hacen más que escupir últimas noticias y el cerebro tiene canas y bigote y sobretodo: una boina calada entre la calavera y el escote.

¿Qué más dará?, se preguntan los habitantes de la noche. ¿Entender a cada paso o írsele todo revelando a trompicones? Una codorniz atraviesa volando la luna sobre el estanque pero su vuelo es corto y cae pesada sobre el agua que de tan espejo se quiebra en mil pegasus volando con trazas de luna sobre los hombros contrayéndose en un esfuerzo que solo esas alas podrían explicar.

Por eso fortalezco lo que se volverá senil, no me importa que envejezca, lo que me aterra es perderlo. Sentir la atrofia de lo diario en lo más querido es como remachar con los dientes el contorno de la cadera amada. Amarrar con canelos gruesos y rugosos el cuello de un perejil recién nacido, abrazar hasta la asfixia al brócoli más verde que había en la huerta congelada del supermercado. No le busques la costura porque no la tiene, soy yo en mis paños mas menores y me vengo usando desde hace tanto que la vergüenza es casi un requisito, si no es una será otra pero el ridículo estará primero en tu mirada y ya veremos si logras desnudarte acorde a lo pactado. Yo por lo pronto me despego los gayumbos como si tiras de piel, rasgando las epiteliales estando seguro de que si no estas no habrá milagro y solo estaré desnudo en el medio de una gran plaza, sobre un pedestal, bajo un foco de cien mil watts y con todo el mundo mirando para otro lado.

Así es como les importo.

Como un pedo en un pedestal cagándose de frío, como una marioneta en un gesto congelado de chocolate y fresa, como la última lagrima que has perdido en una apuesta callejera. No mucho más pero siempre algo tangible, la imagen se pone en movimiento y todos los que estaban vestidos se esconden en la misma boca de metro. Parapetados por las barandillas ahora si me miran y yo justo estaba descargando lo vivido y no es que oliera justamente a las rosas que me había comido.

Entonces es que tú me lo das, yo lo recibo, lo cocinamos, lo compartimos, lo departimos y luego lo olvidamos o quizás nos quedó algún comentario de las veces que lo hemos repetido. Pero su camino sigue, de hecho yo cuento con que va a alimentarme y al final eso es lo importante, vamos, lo es, me alimento de vos a todas horas y cuando nadie mira me seco con la toalla que olvidaste para que tus células se me agolpen en los huecos que las necesiten, para curarse o como una forma de perfumarse o como un camuflaje, para algo sirve, lo que siento en el tejido no me parece extraño es mas bien como una piel que me has dejado y yo uso silenciosamente en la oscuridad que tiene lo que se ha mojado.

Pero al final cae la noche y se escucha el silbido de la olla a presión, las estufas a todo lo que dan, el aroma del conejo criado con la berza y las cebollas, la temperatura lograda, el silencio por el que vivo aquí, las llamadas invitando a quien sabe que otra vez recoveco del juego ya jugado.

Me he propuesto algo y no voy a confesarlo. Simplemente lo haré y quedará entre mis tesoros ocultados. Te recomiendo que hagas lo mismo hoy. Las invitaciones siguen en pie y al pie iré a que me diga que debo hacer. A veces me entero y otras como si no me hubiera dicho nada, pero esta vez le entenderé las señas o dejará de ser mi amigo de la infancia y pasará a ser uno mas de estos boludos cercanos que con tal de no verse son capaces de recitarme en la oreja todo el manual de instrucciones del windows vista.


Tomese una por las mañanas

Desde esta mañana, a la cual llego después de soñar los diagnósticos de mi muerte, la vida se me complica entre dolores de pecho y retorcijones de espíritu.

Describo el exterior porque lo interno esta blindado.

Una fina capa de nieve sobre todo lo horizontal, la que estaba sobre las verticales no ha podido sostenerse.

Presumo un hígado a punto de soltar todo el aire contenido en lo que no hubiera debido comer.

La luz se repite en los reflejos fríos y los pájaros se juntan apretados en una esquina de la única cornisa sin nieve.

No me duele nada porque es el todo lo dañado. Me trago una infusión de hierbas amargas como todo lo amargo que he catado pero concentrado en esta taza que para mi paranoia se parece mas a la madera del naufrago que a un simple remedio de un simple problema.

El pendulo

La torpeza de no haberme descubierto aún.

No entender de donde los raspones.

Aflojarme de la chapa que imita un verso, un señor, una buena perra.

La tranquilidad del cosmos en su cielo infinito que se mueve, se mueve y ya no puede mas moverse por que gira y gira, se marea y no discute, ya no discute, no se sienta, ni gime, no babea, no espanta ni a la tierra.

Al mar lo siento como una fogata mental que me circula y se cree piedra que me localiza, que se cree que puede verter lo que significa.

Si apenas puedo entender lo que se esta escribiendo: la desconfianza que obliga los ojos a despertar, a quejarse, a morirse.

Si falta hiciera, que la muerte nos salte al cuello momificado de occidente, ponerle pantalones, pantaletas a la tristeza que se te mete en el alma misma de gorrión, de quebrarse hasta la médula, hasta los meniscos.

Las férulas que nos pusieron no hicieron el efecto deseado, solo estos gemidos y algunos ases de alguien claramente presumido.


El erotismo de lo que pendula, la magia atrayente de lo que resbala, la flor de los secretos de la vida, y yo que intento dirigir y no me atrevo a esto de escalar la tierra parte a parte que se infla de gases neuro-tóxicos y cábalas.

No me quiebro, solo siento que lo hago. En realidad esto es un continuo doblarse, doblarse, seguirse doblando como una curva que no termina, un giro que no espanta que solo gira y uno entiende que no hay nada mas que hacer.

Por la mañana un doblarse neto con probabilidades altas de seguirse doblando por la tarde con claro desmejoramiento nocturno: esa hora en que las ratas son más ratas que nunca y los cobardes nos sumimos en desmayos televisados.

Herencia

Esta tierra es la tierra de mis padres, de mis hijos, de los que tuve y los que nunca tendré. La galera de lo sórdido no encaja tanto con lo terreno como con lo celestial, con sus cortinas ajadas de tanto espía suelto, de tanta circunstancia condicionante, tanto pecado tanto, tanto que los hombres se preguntan y debaten pero pecan, pecan, y es que errar al blanco no es ni postre ni figurita: es nuestro puto destino.

Promesas antes del bidet

Necesito que la energía me baje, la tengo por los techos. Vivo la lascivia cotidiana buscando un plomo que me ate en sus escotes, sus tetas, sus enervados senderos hacia lo que sácia. Pero no hay muchos mas que un par de pajas y la entera seguridad de que lo que sácia hambrea, también hambrea, y es entonces que la energía me baja y puedo ser un poco mas careta, mas de revista, mas de sillita al sol sobre un tejado de moqueta.

No me desandaré. Es una decisión que he tomado. Habrá otros caminos, digo yo. Que la única respuesta al látigo certero tenga que ser siempre un “esta bien retrocedo tres casillas” es sin duda... diría… una perdida de viento. Me parece tan trivial lo trivial que no me hagan caso, podemos decir que tengo las bolas llenas del pasado original.

Una justificación

  • Una vuelta exagerada, la reacción desmesurada del que sufre de irrealidades. Me lamieron con lo normal y yo sentí la urticaria en cada parte del orgullo.

Es que pierdo los centros con una facilidad asombrosamente inversa a lo que me cuesta conseguirlos. Desaparezco de los templos, ya no vengo del almuerzo, me caigo hacia lo banal y ya-no-vuelvo, mierda, exilio horriblemente parecido a lo usual. Esta mañana fue solo esta mañana, la calentura se hizo brisa de me olvidé y me quedé con el enojo ajado de no acordarme para que. Hice la buena acción de explicarle como hacer lo que yo no logro. Fui su maestro y más tarde bufón, de otros, pero bufón.

  • Pero los ruidos me arruidan la vida. La palabra no existe pero la sensación sí. Tan cotidiano todo. Salgo, hago, vuelvo, dejo de hacer, vuelta a empezar. No. La música sueña y tiene épocas que me recorren, tanta información para algo que nunca existió. Increíble la de paraguas que arrastro. Si al menos pudiera abrirlos sin que alguien me recordara lo de los bajo techos.

Mi amiga de los sabados cuando quiere venir

Cuando le dije que tenía porros y blanca se puso tan contenta y yo solo quise liar su alegría.

Ese grito de fiesta que tiene, como me gusta.

Es como un redoble que la hace doble, bum bum de liebre, claramente de liebre, yo le alcanzo para arbusto pero la carrera es ahora o dentro de un rato, esté yo o no esté.

Entre las ramas me queda su olorcito de diferentes sudores, tan inocente que me los deja para que me mate pensando en sus velas, su armazón, todas sus esferas y sabores.

Hasta que reaparezca me la paso abrazado a sabanas, almohadas y todos los rincones que me recuerdan que estuvo y fue verdad.


Pero se va y es que despierto a que no me busca, yo le paso como si en su vida un día lloviera o hiciera mas frío. Soy un acontecimiento para histeriquear y ella lo hace tan bien y yo la quiero tanto.

Una forma de vivir

No es mi culpa, frase que siempre me acompaña. Uno nunca sabe cuando deberá andar sobreviviendo y por eso la tengo siempre metida en el culo. No es muy cómodo pero en las noches me la saco porque es cuando la necesito menos, para algo están los sueños.

En ellos sucede lo mismo pero hay menos luz, las cosas son como cajitas de sol apagado, las ganas se rompen como rodillas. Las tiendas cierran mientras uno hace escaparate y se queda con las manos abiertas en el gesto del que no ha decidido nada. Los sueños son puertos que nos dejan siempre en el mismo último ronquido. Caen de maduras nuestras mas queridas alergias y la recompensa nunca llega, a mi nunca me llega, me quedo al borde, costadito de pileta de la que no me he mojado, agujero no catado, grito no dado ni provocado, al costado de todo la piedra calienta la panza de piel y pequeños pelos que se secan.

Despierto como a gajos mientras me lavo los dientes y me acomodo los pelos y los pedos. Asumo el tobogán casi como un bastón, repito las mismas llaves y todos sonríen con señas. No soy uno menos. La caída incluye media pensión de café con leche y un apuro inexplicable. He caído estos abismos tantas veces que la más mínima variación me da tema para todo el día. Iluminado a veces intento no limpiarle las manchas en las comisuras pero no puedo evitarlo, les hago el gesto como si limpiara su mierda en mi cara y ellos me imitan hasta lograr algún papel mas higiénico.

A veces la linterna se queda sin pilas y justifica mi solapada intención de tirarla al carajo, encontrar luz de verdad de una buena vez, pero la noche se empeña en empeñarse y yo sin un duro para aunque sea prometerle un rescate mas serio que esta indignidad de profeta al que le cagan las profecías de la noche en el diario de la mañana. El vértigo es una vela insobornable, se trata de estar o no estar, de tirar la bolsa de basura cada día de buena conducta aunque no se haya llenado.

Los pobres se mueven como engranajes vestidos a la moda del año pasado. Compran sus dientes en las estaciones y desconectan mientras viajan. El campesino tridente, azada, pala, tambor. Se peina frente a un espejo roto y ve lo que es o se emborracha. El camino duele de barro y uno se cae con el traje de aquel domingo que sigue durando, el traje y el domingo. No hay queja solo un sabor tan conocido de vida tan mate y el azúcar que cuesta tanto agregar. Se trata de llegar y ser uno mas. No destacar ni en eso. Irse ensuciando y al final, con un trapito húmedo acomodar los sudores para ir volviendo. El vaivén solo recuerda que no se esta durmiendo y los ruidos conocidos no nos tranquilizan: nos despiertan justo en la parada. Ahí está el espejo que hemos roto a hachazos de flecha y cartón.

Audiencia

Escucho el quilombo de mi mente y me pregunto ¿Servirá para algo que yo este sufriendo? A lo mejor somos ropas que alguien ha olvidado tendidas y todo este lío un simple flamear mezclado con los chasquidos de lo que se rompe. Me han enquistado un huevo con las pinzas y mi flameo es tan tonto, tan escueto, tan asimétrico. Desde que me colgaron de un huevo he pedido reunión en las cortes pero me la negaron: ellos no hacen cirugías donde no hay capacidades y yo solo pude ver la copa de sus sombreros, tan bajo que estaba el taburete.