Crujiente hasta el aroma,
ensartado en un spiedo,
en la vidriera de una zapateria.
Un hombre entra y declara tener hambre.
El dependiente le pregunta:
¿ Cuanto calza ?
El hombre responde que 40.
El dependiente le informa que lo siente,
pero que el pollo de la vidriera le queda grande,
que la semana que viene y otras boludeces.
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