18 de abril de 2008

Usando las palabras de Manu

Le hablé, te juro que serenamente, pero era como si no lograra hilar alguna respuesta coherente. Su discurso era fundamentalmente en silencio, pero como si algo dentro se le acumulara y como si en voz muy baja intentará retenerlo, la frase se le escapaba como un resoplido solo atribuible a una especie de dispepsia mental que lo encerraba en mundo incomprensible para él y que lo atrapaba en la más profunda ignorancia.