Revuelvo la tierra
en mi rectángulo
habitado
de planeta.
No hay satélites
y por ende
potencia mundial
que se percate.
Quiebro la sequedad
del manto arenoso
que cubre
mi rectángulo elegido.
Y lo siembro
de pequeñísimas piedras
repletas de una memoria
que me excede.
Ni siquiera el que pasa
ocasionalmente se entera
por eso lo protejo con ramas
y de pájaros con hojas.
Solo
si te acostas
a la altura misma.
Solo
si apoyas la cara
en la humedad
mantenida.
Apenas.
Ya se le ve
ya se le ve
delicadísima
muralla china
línea maginot
sombra de barba
finísima y verde
y tan ya verde.
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