27 de enero de 2007

El tierno engaño

La brumosa entraña de lo que no es superado.

La celosa condescendencia de lo descartado.

Lo apenas, la tan previsible, lo ya amado,

Todo lo que duele con tan solo pensarlo.

Eso somos.

Los tres ojos en llanto.

Las manos sin saber que hacer.

El cuerpo con una pesadez de barco encallado.

Cuando la melancolía se almuerza,

Cuando somos almorzados por la ira oculta

Del que ya sabe que de nada sirve.

La lluvia en cada uno de los tejados.

Y la seguridad torpe de que un día más no va a matarnos.

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