28 de febrero de 2007

Memoria segunda

Esta mañana empieza lluvia de noche, viento de noche, persianas golpeándose y un frío de hombros, solucionable solo si hundido en la cama desaparezco a la luz, tu luz querido hermano sol.

Continua esquina intersección de dos líneas de colectivos, ninguna pasa, la lluvia si. Hay dos chicas sin paraguas y el mío es demasiado chico. Mi zapato marrón izquierdo esta descosido y bajo el pantalón marrón tengo otro negro; no es por cábala, tengo frío.

En el bondi subió un pantalón verde que me gustó mucho. Ella dice que si verde todo mejor, que use verde. Cuando toco esa camisa, cuando el saco, el suéter, la piedra de nuestra medalla, todo verde. Se que así debe ser, que verde es el color, como la mesa para la cocina: verde. Verde las manchas del jean que le robe a Pablo Mazza (ya no se lo puedo devolver así). Verdes las manchas de mis manos pintura, verdes los mocos que hace diez días me abandonan sin parar, sin poder detenerse, compulsivamente huyen de mi. Diamond dice que esta bien, que es la antidieta, que libero toxinas. Debe ser cierto, me siento mejor. Más flaco, cada vez más flaco, creer o reventar.

Antes de llegar a la oficina pensaba escribir tu historia y la mía como si fuera la nuestra. Hacer de cuenta que vos si me queres, que me extrañas, (mi sub me dicta: hacer de cuenta que vos si sabes que me queres, que vos si sabes que me extrañas). Escribirla como una forma de no decirte todo lo que siento. Ayer hablamos por telefoneo y cuando te dije que te quería...vos me dijiste "Si". ¿Que carajo quiere decir "Si"? ¿"Si" yo también? ¿"Si" ya lo se? ¿"Si" que le voy a hacer? ¿"Si" bueno? ¿¿¿¿"SI, QUE????

Entonces decidí escribir una historia como me gustaría que fuera. Y no creas, no me quejo por lo lenta, es mas, eso me gusta. Me jode la falta de complicidad. Me dejas explícitamente solo cuando de demostrar se trata, mala política, rubia, mala política. No te pido saltos y carteles luminosos, demasiado seria demasiado. Complicidad te pido, che, complicidad.

¿Como armar una historia con tu silencio tan bien ubicado, siempre en el mismo miedo, al costado de la misma inseguridad, amarrado a tus palabras, a tus besos, a tus abrazos, amor; sin dejar que algo nuevo no planeado suceda?

Pero desde que me fui algo nuevo pasó: me convertí en un mago por vos; me metí con las fuerzas del universo para conquistarte. Telépata, telequinesico, quiromante, budista, saltimbanqui y cretino, todo con tal de despertar esas nuestras maravillas. Buscando encontrarte hasta enfrente mi destino. Con tal de tenerte, sin darme cuenta, enceguecido por los acontecimientos, sobrepasado por las circunstancias...hasta enfrenté mi destino.

De una vez, de un salto abismal, como el agua del I Ching, sin dudarlo deje de lado mi querida inercia de toda la vida. Mirándote a vos lo hice. Por vos di este vuelco-vuelo a mi vida. Si hubiera estado mirando hacia adelante hubiera esquivado sabiamente este presente, pero te estaba mirando a vos.

Y ahora aquí estoy. A miles de kilómetros de mi Buenos Aires querido... y de ella.

Yo quería una casa vieja, ella también. Irnos a viajar, comprar miel de la buena, salir a comer. Una estufa a leña, un techo de vidrio, un banco de plaza, un gato azul. Me hacían falta tantas cosas pequeñas, suaves y mágicas. Le hacían falta tantas cosas pequeñas, suaves y mágicas... y yo tenía tan poco entre las manos...

Me dije: una casa por más vieja exige plata. Viajar por más dedo que se haga, plata. Para la estufa o por lo menos para la leña... (ya saben) y así sin darme cuenta, como en los cuentos, fui en busca del Dragón.

Y aquí estoy en un extraño país.

Ha pasado el tiempo.

Ya no estoy aquí por ella.

Cuando le dije que la quería:

Ella dijo "SI".

Por estos reinos, los dragones,

se derrotan en cuotas.

Dentro de poco vuelvo y voy a verla, no se como será. A lo mejor ya tiene algo que agregar a su "SI". Desde este lunes no alcanzo a ver el futuro.

Pero seguramente me recibirá llena de pequeñas cosas, suaves y mágicas, (al fin me di cuenta que de esas siempre conseguimos, ella o yo.)

Le daré las que recogí para ella en este viaje...

y tal vez,

solo tal vez

rayito de sol,

tensión ínfima,

me animare a preguntarte

si

no te son suficientes ya

las

pequeñas cosas y desharé por fin la mochila que me pesa tanto y que siempre supe por vos.

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