8 de junio de 2007

Desilusión de una noche anodina

Como la tan estrecha maldición de las prisiones.

La temperatura que nunca llega a lo adecuado.

El sabor que no es ni dulce ni es amargo.

Los ojos que no se miran y la tan ansiada que

Se convierte en un trofeo que no nos sirve para nada.

Entre la mala puntuación, la incorrecta elección de las palabras

y lo que inevitablemente no se ha dicho, el mensaje se queda en nada.

La parafernalia de datos oculta en lo escueto.

El ruido que nos deja uno que ha sabido mirarnos.

El desorden inaceptable del que esa mañana lo ha movido todo.

Las manías de una llanura que siempre está rodeada de montañas,

Aunque no las veamos.

La ilusión entera que creemos significa el hecho de estar vivos.

Lo que imaginamos enfermo.

Lo que sabemos roto.

Las claves que no son encontradas.

Hacemos concursos en la tele para soñar que ganamos en algo.

No vamos,

Al final no estamos yendo,

nos hemos quedado quietos.

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