4 de marzo de 2007

Nuestras manos unidas.

La apariencia de una ruleta sigue teniendo la vida, y en el medio el Tao, el I Ching y la Comedia de lo cotidiano.

Ayer leí que un hoy campeón del mundo de tenis, al ganar su primer gran torneo, lo primero que le dijo llorando a su entrenador fue:

¿Qué importa?

Y es una pura verdad y mucho mejor salir de ahí.

Hoy lo veo a los saltos recibiendo premios y dinero y supongo que habrá aprendido:

La vida es ahora, dejo de serlo ayer, no lo será mañana hasta mañana.

Te escribo esto para decirte que podes arreglar con la madre de Martín para buscar los 550 dólares y que el dolor de estar mal casados, la ilusión que no nos permitió vernos, los egoísmos y los caminos sin salida en la balanza siguen sin ser contrapeso suficiente: igual siento que me hubiera gustado que nos saliera bien.

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